“Que no os separen” es el nombre de una campaña para favorecer el contacto piel con piel del recién nacido sobre la madre nada más nacer, el llamado Método Canguro, cuya web lleva este mismo título. El principal mensaje de la campaña es que no hay que separar, por sistema, a los recién nacidos de sus madres. En efecto, hoy en día todavía se separa muchas veces a los niños de sus madres inmediatamente después del parto, bien por rutina de algunos hospitales o bien por inercia adquirida ante necesidades puntuales.
¿En qué consiste el Método Canguro? El Método Madre Canguro se basa en mantener, al menos durante las primeras horas, el contacto permanente piel con piel entre la madre y el recién nacido. Durante ese período de tiempo se consiguen importantes beneficios no sólo para los bebés sino también para sus madres. En el momento del parto se segregan una serie de sustancias que hacen que el bebé se encuentre, en las dos primeras horas, en un estado de alerta tranquila. Este estado facilita el reconocimiento temprano del olor de la madre, muy importante para establecer el vínculo y la adaptación al ambiente postnatal. Se ha demostrado que el Método Canguro disminuye el estrés del neonato y acelera su adaptación metabólica, al regular su temperatura y el nivel de glucosa en sangre entre otros muchos beneficios. Además, favorece la iniciación a la lactancia materna en los primeros 30 minutos de vida, tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su iniciativa “Hospitales Amigos de los Niños”. En las madres, aumenta la confianza en sí mismas y disminuye la hemorragia postparto debido a un aumento de la oxitocina, hormona que se segrega incluso con el simple contacto del bebé, y que hace que el útero se contraiga mejor.
El Método Canguro se llama así porque imita a estos animales en su proceso de gestación. Los canguros, en fases muy tempranas de su desarrollo, están en contacto directo con la madre dentro de la bolsa marsupial, que funciona de modo similar a una incubadora. Y ¿cómo se nos ha ocurrido imitar a los canguros? Como en tantas otras cosas, la necesidad se convierte en el motor de la evolución: en el año 1978, en Bogotá (Colombia), para paliar las carencias de medios sanitarios usaron a las mamás 24 horas al día como incubadoras para intentar mantener el calor de los bebés. Allí comprobaron que no sólo los niños regulaban correctamente la temperatura, sino que además el método tenía otras importantes ventajas. Se recomienda, pues, que todos los recién nacidos permanezcan en contacto piel con piel con sus madres, secándolos y cubriéndolos con una manta o toalla calentadas previamente para evitar la pérdida de calor. Durante estos primeros minutos, la matrona o pediatra mantienen controlados los signos vitales del bebé (color, movimientos respiratorios, tono y frecuencia cardíaca…) interfiriendo lo menos posible en la relación entre la madre y su hijo. Si la madre no pudiera, el padre también puede asumir el papel. Sólo en caso de observar algún signo de alarma se pasa el bebé a la cuna térmica para un mejor control.
El Método Canguro no es sólo una cuestión de moda. Aunque hoy en día menos de una cuarta parte de las Unidades Neonatales españolas siguen este método, la totalidad de los hospitales de otros países europeos como Gran Bretaña o Suecia hace años que lo ponen en práctica. De hecho, la OMS y el Ministerio de Sanidad lo recomiendan. Por ello, desde la Unidad de Pediatría del Hospital Internacional Medimar animamos a los protagonistas (padres y profesionales) a ver el parto como algo natural y a poner en práctica este método siempre que sea posible. Como dijo el escritor francés Bernardin de Saint-Pierre, “la naturaleza es grande en las cosas grandes, pero es mayor en las más pequeñas”.
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