Conocemos como muerte súbita la pérdida inesperada y repentina de la función cardíaca. Aunque siempre es un suceso trágico, en el caso de los más pequeños es especialmente devastador.
Habría que diferenciar lo que conocemos habitualmente como muerte súbita desencadenada por el ejercicio en los jóvenes, y el síndrome de muerte súbita del lactante en bebés menores de un año. Si bien es cierto que las dos afortunadamente son infrecuentes, siempre nos preguntamos: ¿por qué ha sucedido si estaba previamente sano? ¿Podría haber hecho algo para evitarlo? Y en ambos casos disponemos de algunos consejos. Sigue leyendo
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